lunes, 28 de marzo de 2011

Para tí que eres mi calor...

Pasamos años envolviendo nuestros corazones en hielo, con las manos rojas y los dientes tintinando, intentando incansablemente encontrar calor.
Nos sumergimos en pintura para ser alguien que no somos y vemos cómo lentamente cada una de las capas se va descascarando.
Llevamos los residuos de esas capas por todos los otoños de nuestras vidas, esperamos a que se congelen en los inviernos.
Nos congelamos cuando se congelan, el blanco reemplaza al verde debajo de las almas y de nuestros pies solitarios. Poco a poco las capas van cayendo, pero también nos cubrimos de algunas más.
¿Será el miedo a los inviernos en nuestras vidas lo que lleva a nuestras manos al hielo para seguir envolviendo? ¿Será la espera por la primavera la que nos hace sentir que la misma nunca llegará?

Escucha con atención ésto que te digo porque es un secreto, construido a partir de huesos frágiles y piel sensible: El tiempo ha llegado para liberar la luz cautiva de tu ser.
Nuestros corazones en hielo esperan por ser libres.
Escúchame al decir ésto porque es algo que ambos debemos saber: El hielo empieza a derretirse.

Dile a la pintura que valla desprendiéndose de todas las capas gastadas, y dile que se prepare para seguir desgastándose.
El hielo con el que hemos pasado años envolviendo nuestro corazón, con los residuos de lo que alguna vez fue esperanza, empieza a romperse...Empieza a derretirse.

Es cuando nos damos cuenta que la primavera está dentro de nosotros y que ese "algún día" puede ser hoy, cuando nuestros rígidos corazones van encontrando su ritmo otravez.
Deja que nuestras venas se llenen con el agua que mantiene a los corazones cautivos.
Deja que se derrame por nuestros dedos rojizos y dolientes y deja que nuestros dientes dejen de tintinar.

El tiempo está aquí y tenemos nuestro propio permiso para calentar esos dedos entorpecidos por el hielo en que nos hemos perdido.
Porfin dejaremos caer todas nuestras capas y desenvolveremos nuestros corazones, respiraremos de nuevo tal como el verde reemplaze al blanco y el gris de los cielos cambie por un azul deslumbrante.

Escucha ésto porque es nuestro secreto, unido con el anhelo de una promesa: Nunca más necesitaremos de cubrirnos en capas y capas y nunca más necesitaremos de hielo.
Dejemos que nuestras manos se sequen y nuestros corazones se vuelvan cálidos.
Encontremos la primavera dentro de nosotros.
El hielo empieza a derretirse...

Para tí, que eres mi calor.

0 comentarios:

Publicar un comentario